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lunes, 7 de enero de 2013

FELIZ 2013

Antes de nada... ¡Os deseo a todos un Feliz 2013 y que tengáis un próspero Año Nuevo! Aunque ya llevemos una semana de dicho año y queden "solo" 51. ;)

Hoy aprovecho también para tratar de animar un poco el último día de vacaciones y la vuelta a nuestra querida rutina (pensando ya en el verano). He de decir que yo en parte lo estoy deseando pero es lo de siempre, al que le llueve una semana quiere sol, pero  también aquel que solo ve el sol, querrá también algo de lluvia (a mi al menos me gusta, pero también juego al rugby y es algo que gente tampoco entiende, supongo que no tendré remedio...).

En definitva, que hay que ser optimista y tratar de sacar cosas buenas de cada momento, dejando de lado agobios, malos rollos, etc. Es preferible que te tachen de demasiado postivo por intentar cambiar las cosas o poner color en cuadros grises, a agachar la cabeza ante la "realidad" y asumirla, cuando muchas veces es autoconvencerse de que no pasa nada por rendirse y es lo último que alguien debería hacerse a si mismo.

Como véis he aprovechado la felicitación del año para desviarme un poco del tema principal de este blog, incluso "filosofando" un poco, pero llevaba tiempo con ganas de escribir de algo así y he aprovechado vuestra paciencia, queridos lectores. Y ya que estamos os quiero dejar el videoclip de una canción reciente que me encanta, de rap como muchos ya o imaginaréis. Si la escucha alguna madre espero que lo haga con especial cariño, pero va dirgida a todo el mundo para intentar haceros ver que no toda bestia jugadora de rugby no tiene sentimientos, ni toda canción de rap (otra de las cosas que me gustan aunque solo escriba de rugby hasta hoy) habla de sexo, droga, armas y cosas así.


A modo de despedida quiero decir que esto también es una muestra de que los jugadores piensan en sus queridas madres y se acuerdan de ellas sufriendo, en la banda o no, cada vez que el "cachorro" en cuestión sale al campo.

Tras este batiburrillo de temas e ideas y con la de cosas que tengo que hacer hoy no me da tiempo a repasar, prometo que lo haré, pero no hoy. Asi que si e heskrivido halgo mal, me lo ponen en un comentario y en cuanto pueda rectifico.

Una vez más... Happy New Year!

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Multimedia


Como véis, la entrada de hoy sirve a modo de complemento de una ya hecha, aquella que hablaba del Rugby Championship o Cuatro Naciones, que espero recordeis.

Admito que es una entrada muy sencillita y breve, pero algunos de vosotros me pedisteis imágenes del evento como en la entrada del Seis Naciones y aquí estan. 

(Otro motivo es que vuestro humilde blogger tiene mañana partido y está un poco nervioso, pero shhhh, no se lo digáis a nadie)


 

Si estos vídeos no os hacen roncar, ¡aconsejo ver algún partido entero y que le pilléis más el gustillo a este deporte! En Youtube los podéis encontrar, si no poneros en contacto conmigo que estaré encantado de facilitaros alguno.

Prometo invertir más tiempo en la próxima y ya adelanto que en ella "barreré hacia casa". Aquí os dejo una pequeña pista...


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Clase de Historia

Retrato de William Webb Ellis

Aunque por el tema que trata la entrada de hoy quizás debería haber sido la primera o la segunda, ¡más vale tarde que nunca! ;)

Hoy vamos a hablar del origen de tan magnífico deporte. Pero antes una breve introducción a la vida de William Webb Ellis, nacido el 24 de noviembre de 1806 en Salford, Inglaterra y fallecido el 24 de enero de 1872 en Menton, Francia. Fue un clérigo anglicano famoso por ser considerado el  inventor del rugby moderno, de ahí que hablemos de él. Era el hijo de un oficial de dragones de la guardia, y de Ann Webb. Tras la muerte de su marido en la batalla de Albufera, se instaló con su hijo William en la localidad de Rugby, lugar donde William iría a la escuela con el mismo nombre de la localidad.

Según la leyenda creó este deporte durante un partido de fútbol que disputaba en la localidad inglesa de Rugby, en 1823. Tras tomar la pelota con las manos, corrió con fiereza hasta detrás de la línea de meta de gol del equipo adversario. Quienes observaron la escena, a pesar del asombro, tomaron aquella actitud como iluminadora e inspiradora para proponer una nueva modalidad de juego, que terminaría convirtiéndose en un deporte con millones de aficionados y el trofeo entregado al ganador del Mundial de Rugby lleva inscrito su nombre.

Tanto en la mítica escuela de Rugby como en su lápida se puede leer una inscripición que narra la hazaña que William Webb Ellis llevó a cabo con 17 años. El joven William, a pesar de ser el creador del rugby, jamás volvió a jugarlo y su vocación religiosa lo llevó a ordenarse como sacerdote. 

"THIS STONE COMMEMORATES THE EXPLOIT OF WILLIAM WEBB ELLIS WHO WITH A FINE DISREGARD FOR THE RULES OF FOOTBALL AS PALYED IN HIS TIME FIRST TOOK THE BALL IN HIS ARMS AND RAN WITH IT THUS ORIGINATING THE DISTINCTIVE FEATURE OF THE RUGBY GAME A.D. 1823"

Jonny Wilkinson posando junto a la Copa del Mundo de Rugby y la tumba de William Webb Ellis en un acto promocional del Mundial de Rugby de Inglaterra  2015

miércoles, 28 de noviembre de 2012

"Confesiones"

La entrada de hoy es una presentación de otro blog, también sobre rugby. Seguramente muchos aficionados a este deporte lo conocerán, se trata del blog: Confesiones desde el Sin Bin. Un blog de Antena 3, llevado por tres analistas y conocedores de la parte tanto teórica como práctica de este deporte. Cuando me pasaron esta entrada me dejó sin palabras, por el texto en si y por quién me la pasó, y espero que los que no os sintáis identificados en alguna parte del texto, al menos os entre el gusanillo y os intereseis más por este magnífico deporte.

"Perder



Nos enamora el rugby porque es una escuela de vida. Porque todo lo que aprendemos en el campo nos lo llevamos puesto. Y una de las lecciones más duras la hemos aprendido todos. Es el amargo sabor de una derrota.


La soledad de la derrota La soledad de la derrota | Foto: Ervin Sarkisov
antena3.com  |  Madrid  | Actualizado el 26/11/2012 a las 18:51 horas



Ha pasado el partido. Arrastras la bolsa cojeando hasta casa. Es tarde de sábado, o quizás de domingo. Ya es de noche. Vienes de un tercer tiempo en el que quizás no querías estar. Pero en el que tenías que estar. Y agradecer al otro equipo las ganas de luchar contra ti. Entrar a casa es un ritual de malos gestos, tareas pesadas que no hacen más que cargar tu mal humor. La ropa, llena de barro, a la lavadora. Las botas, irreconocibles, a la ventana. Es aquí cuando empieza el dolor de cabeza. Ya desnudo, te miras al espejo y evalúas las heridas. Un golpe aquí, otro allí, un corte en la cara, el ojo morado... Pero eres perro viejo, y sabes que los golpes que más duelen van por dentro, y los descubrirás mañana, al despertarte.
La ducha pasa de ser ese momento de relax diario a un torrente de alfileres que penetran en cada una de tus heridas. Tu mente, incapaz de desconectar, no deja de repetir el partido una y mil veces: Ese knock-on, esa bola que se te escapa de los dedos, ese placaje que fallaste, ese ensayo que no llegó nunca. Esa mirada a la grada, donde están los de siempre, los que nunca fallan, los que te van a ver juegues en casa o fuera, no importa lo lejos o lo temprano que se tengan que levantar. A ellos les duele tanto o más que a ti. Y no puedes mirarles a la cara.
Sales de la ducha y el hielo ya se aprieta contra tus costillas. Dicen que las costillas duelen mucho. Le llaman el dolor del alma, porque siempre está presente. Con la otra mano, haces la comida. Tienes hambre, mucha, pero no tienes ganas de comer. Llega el momento en que, sin querer, estás sentado en la silla, delante del plato y tu mirada se pierde durante unos minutos. Recapacitas y piensas: "estoy lleno de golpes, me duele todo, hemos pasado un mal rato.... ¿De verdad merece la pena seguir con todo esto?" Y justo cuando te vas a plantear dejarlo, suena el móvil. Quizás un compañero de equipo, ese que guarda tu hombro los 80 minutos, el que limpia la abierta cada vez que te caes, y que siempre está a tu lado te escribe, te cuenta que está sentado en una silla, lleno de golpes, delante de su cena fría y que se pregunta si merece la pena seguir. Y uno al otro os convencéis de dejar pasar el día, de pensar en frio.

Sarah Hunter tras la final del mundial
Sarah Hunter tras la final del mundial
Al día siguiente te levantas y vuelves a evaluar los daños. Todo te duele menos de lo que pensabas. Al móvil llegan mensajes de ánimo de esas personas que siempre están pendientes de ti, que siempre te apoyan ganes o pierdas. La ropa, ya no está llena de barro, los pantalones, las botas... todo huele a limpio. Es de día y ahora sí, tienes hambre y ganas de comer. Devoras el desayuno y buscas algún partido para ver. El rugby, que ayer odiabas, hoy ya lo vuelves a necesitar. Y así pasa el fin de semana, y llega el primer entreno antes del siguiente partido. El equipo parece motivado. El entreno es intenso. Corres con la rabia de pensar que no te volverá a pasar. Que no vas a volver a fallar. Que vas a ser más rápido, más fuerte, más hábil. Cuando llega el miércoles las heridas ya han cicatrizado. Las conversaciones ya no se apartan del próximo partido. ¡Vamos a ganar! La dinámica de la semana ha cambiado totalmente. Tu mandíbula se aprieta. Y cuando llega el sábado por la mañana, saltas de la cama como un resorte. Con tu canción preferida. Esa que mueve unos hilos en tu interior que no los mueve nada ni nadie más. Con Brian O'Driscoll en el ordenador (sonriendo), o quizás con Dan Carter, o con Sony Bill Williams. Y allí, delante del espejo, donde la semana pasada veías un saco roto, ahora ves un guerrero maorí.

Italia celebra la victoria en el 6N
Italia celebra la victoria en el 6N

Uno de esos días, al fin, llega la victoria. El día en que sale todo. En el que esas personas que viajaron para verte no paran de disfrutar con el partido, de jalear y animar. Con los que luego compartes risas y cervezas. En el que al móvil sólo llegan las enhorabuenas desde la distancia. Ese día, el de una victoria importante, quizás un título, o quizás simplemente el derbi, ese día reserva unos segundos en el tercer tiempo. Y levanta la cerveza a tu salud. A la salud de aquel tipo que se sentó en una silla, con hielo y heridas por todo el cuerpo, con todo en su contra, y que se negó a dejarlo. Porque es gracias a él que ahora disfrutas de la cara dulce del rugby. Es gracias a su sufrimiento que gozas de la recompensa.

Porque el rugby, siempre nos tiene reservado un día de gloria. A todos. A veces, se hace esperar. Pero cuánto más tienes que esperar más grande será la recompensa. Perder es sólo un paso más para aprender a ganar. Mientras tanto sólo queda apretar los dientes y seguir caminando con la cabeza alta. Ser un jugador de rugby no es fácil, quizás es por eso que nos gusta serlo."

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Negro y Morado

Hablemos de los campos de rugby en España. Son campos agradecidos de un deporte agradecido, campos duros y en condiciones... digamos "especiales". Pero campos donde se forjan jugadores de verdad, que sienten el deporte. Campos que convierten a los equipos en auténticas familias.

Este año vuestro blogger volvió a estos campos para quedarse y con un gran equipo de rugby, tanto por su historia como por las personas que lo forman, el equipo de rugby de la Facultad de Farmacia, ganador en cuatro ocasiones de la liga de la Universidad Complutense de Madrid.

No estudio Farmacia, pero no es un requisito indispensable y no está escrito en nigún sitio que no se puedan defender colores y emblema de otra facultad con sangre, sudor y en ocasiones lágrimas.

Hoy me dominan los nervios porque mañana comienza la liga. El primer partido de esta temporada, contra el equipo de Físicas que jugaremos todos, tanto veteranos como novatos. No está  bien que uno de estos últimos hable en su blog de su posible titularidad, pero es un tema que anda en su cabeza desde que el Capitán se lo comunicara. Y dejo de hablar en tercera persona de mi porque me parece ridículo. A lo que iba, que noto unos nervios, que no tienen por qué ser malos y que, desde que supe lo de la posible titularidad, me mantienen alerta permanente en cada entrenamiento.

Mañana, sea titular o no, será otra historia. Jugar al lado de gente nueva (poco a poco no tan nueva), en posiciones nuevas, liga nueva, equipo nuevo... Lo que no es nuevo son las ganas de que llegue mañana, ver al equipo, notar como la concentración invade el vestuario y a cada uno de nosotros, el calentamiento y el pitido incial, momento en el que todos estos nervios de los que hemos hablado, vuelven de golpe unos segundos antes de meterte  al 100% en el partido, ya que a fin de cuentas, cada partido es un reto individual que se afronta colectivamente con los otros catorce que hay sobre el campo y los que animan y hasta empujan por nosotros desde la banda, posición que se cambia a lo largo del partido, pero en la que se sufre casi más que en el propio campo.

Desgraciadamente lo de escribir no es lo mío, y aunque lo fuera es imposible plasmar las sensaciones que recorren todo el cuerpo desde el pitido inicial al final, juegues, animes o simplemente pienses en el partido...

¡¡ASÍ QUE TODO EL MUNDO A VERNOS E LAS 2:30 EN CANTARRANAS, DETRÁS DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN!!

Espacio patrocinado por:


viernes, 5 de octubre de 2012

Primera entrada, "primera" experiencia.


Comienzo dando la bienvenida al blog a todos los lectores. Se trata de un blog destinado al rugby como se puede apreciar. Ese deporte que, como tantos otros, engancha y vicia hasta un punto en el que los "paganos" de dicho deporte califican de "enfermos" a sus aficionados y practicantes. Ni que decir tiene que los no aficionados o jugadores tienen también su sitio en este blog, ¡mejor tarde que nunca para iniciarse!

La creación del blog coincide con la vuelta, un año después, de vuestro humilde y novato blogger a los campos de juego (campos que, por la popularidad de este deporte en España, en muy pocas ocasiones tienen algo de césped vivo sobre él).

Como muchos de los lectores compartirán, el primer día de este deporte va sucedido de otro en el que duelen partes del cuerpo que el proyecto de jugador desconocía, posiblemente en un cuerpo con golpes, algún que otro moratón y pequeñas heridas superficiales. Pero un cuerpo en el que acaba de entrar el "germen" del rugby, que pronto lo invadirá por completo, llenándolo de una felicidad irracional (ya que la ha provocado una sucesión de golpes recibidos durante casi dos horas). Y unas enormes ganas de que llegue el próximo entrenamiento, dispuesto a  dejar todo en el campo por sus nuevos compañeros y el emblema que llevará en el pecho. Compañeros que terminarán siendo como hermanos y un emblema que terminará ligado a un músculo cercano, el corazón.

Y tras esta poética pero realista entrada, ¡hasta la próxima!

"La única forma de entenderlo es jugarlo."