La entrada de hoy es una presentación de otro blog, también sobre rugby. Seguramente muchos aficionados a este deporte lo conocerán, se trata del blog: Confesiones desde el Sin Bin. Un blog de Antena 3, llevado por tres analistas y conocedores de la parte tanto teórica como práctica de este deporte. Cuando me pasaron esta entrada me dejó sin palabras, por el texto en si y por quién me la pasó, y espero que los que no os sintáis identificados en alguna parte del texto, al menos os entre el gusanillo y os intereseis más por este magnífico deporte.
"Perder
Nos enamora el rugby porque es una escuela de vida. Porque todo lo que aprendemos en el campo nos lo llevamos puesto. Y una de las lecciones más duras la hemos aprendido todos. Es el amargo sabor de una derrota.
La soledad de la derrota | Foto: Ervin Sarkisov
antena3.com
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Madrid
| Actualizado el 26/11/2012 a las 18:51 horas
La ducha pasa de ser ese momento de relax diario a un torrente de alfileres que penetran en cada una de tus heridas. Tu mente, incapaz de desconectar, no deja de repetir el partido una y mil veces: Ese knock-on, esa bola que se te escapa de los dedos, ese placaje que fallaste, ese ensayo que no llegó nunca. Esa mirada a la grada, donde están los de siempre, los que nunca fallan, los que te van a ver juegues en casa o fuera, no importa lo lejos o lo temprano que se tengan que levantar. A ellos les duele tanto o más que a ti. Y no puedes mirarles a la cara.
Sales de la ducha y el hielo ya se aprieta contra tus costillas. Dicen que las costillas duelen mucho. Le llaman el dolor del alma, porque siempre está presente. Con la otra mano, haces la comida. Tienes hambre, mucha, pero no tienes ganas de comer. Llega el momento en que, sin querer, estás sentado en la silla, delante del plato y tu mirada se pierde durante unos minutos. Recapacitas y piensas: "estoy lleno de golpes, me duele todo, hemos pasado un mal rato.... ¿De verdad merece la pena seguir con todo esto?" Y justo cuando te vas a plantear dejarlo, suena el móvil. Quizás un compañero de equipo, ese que guarda tu hombro los 80 minutos, el que limpia la abierta cada vez que te caes, y que siempre está a tu lado te escribe, te cuenta que está sentado en una silla, lleno de golpes, delante de su cena fría y que se pregunta si merece la pena seguir. Y uno al otro os convencéis de dejar pasar el día, de pensar en frio.
Sarah Hunter tras la final del mundial |
Italia celebra la victoria en el 6N
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Uno de esos días, al fin, llega la victoria. El día en que sale todo. En el que esas personas que viajaron para verte no paran de disfrutar con el partido, de jalear y animar. Con los que luego compartes risas y cervezas. En el que al móvil sólo llegan las enhorabuenas desde la distancia. Ese día, el de una victoria importante, quizás un título, o quizás simplemente el derbi, ese día reserva unos segundos en el tercer tiempo. Y levanta la cerveza a tu salud. A la salud de aquel tipo que se sentó en una silla, con hielo y heridas por todo el cuerpo, con todo en su contra, y que se negó a dejarlo. Porque es gracias a él que ahora disfrutas de la cara dulce del rugby. Es gracias a su sufrimiento que gozas de la recompensa.
Porque el rugby, siempre nos tiene reservado un día de gloria. A todos. A veces, se hace esperar. Pero cuánto más tienes que esperar más grande será la recompensa. Perder es sólo un paso más para aprender a ganar. Mientras tanto sólo queda apretar los dientes y seguir caminando con la cabeza alta. Ser un jugador de rugby no es fácil, quizás es por eso que nos gusta serlo."
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